Saber cómo depilarse después de la depilación láser es una cuestión que todo interesado en realizarse este tratamiento debe conocer. Y es que además de tener en cuenta todas las recomendaciones de las que informan las clínicas de depilación para acudir a la primera sesión, también hay que seguir ciertas pautas entre sesiones y después de terminar el ciclo de sesiones al completo.

La depilación entre sesiones de láser

Antes del comienzo de un ciclo de sesiones de láser los pasos fundamentales que se deben seguir es no haberse depilado con técnicas que arranquen el vello de raíz al menos un mes antes del comienzo de la primera sesión de láser. Además es muy importante también evitar la exposición solar o la decoloración del vello a tratar.

 Todas estas pautas son completamente imprescindibles para que el ciclo de sesiones pueda dar comienzo. También lo son para alcanzar el mayor éxito posible eliminando un alto porcentaje del vello de la zona a tratar.

Una duda muy común entre aquellas personas que están inmersas en un tratamiento de depilación láser con varias sesiones programadas es cómo depilarse entre sesiones si crece el vello corporal. También, muchas se preguntan cuánto tarda en caerse el pelo después del láser.

El rasurado, la mejor opción

Las pautas entre sesiones son prácticamente idénticas que antes del comienzo. El paciente no deberá usar técnicas de depilación entre sesiones que afecten a la raíz del vello. Por ello, la única técnica recomendada por todos los especialistas es el rasurado (depilación mediante corte y no arrancamiento).

Para ello resulta conveniente que el rasurado sea en una sola dirección. Así se evitarán posibles cortes que causen daños en la piel y puedan perjudicar la efectividad del láser. Por otro lado, se debe usar solo con la piel humedecida y acompañada de algún tipo de gel o espuma. Se conseguirá reducir la fricción y no causar erosiones en la piel.

En cualquier caso, lo más normal es que ese vello rasurado empiece a caerse en los 15 o 20 días posteriores a la sesión. Esto no debe causar preocupación en el paciente e incluso muchos optan por no rasurarse entre sesiones y dejar el vello tal cual.

Al finalizar el tratamiento

Todo paciente que se somete a un tratamiento láser es advertido de que los vellos claros y finos muestran una mayor resistencia al tratamiento. Por eso es frecuente que incluso después de haber finalizado el tratamiento queden vellos rebeldes que han resistido al láser.

Tras finalizar, el paciente puede utilizar el método de depilación que estime oportuno. En este caso, el vello que se podía eliminar ha sido eliminado y no volverá a crecer. Aunque el mito de que el vello crece más fuerte tras un rasurado exista entre la población, es una afirmación totalmente falsa. Por ello, es posible rasurar una zona tratada con láser después de finalizar el tratamiento sin riesgo alguno a que el vello eliminado vuelva a crecer.

En la mayoría de los casos no es ni siquiera necesario usar ningún método de depilación. La gran mayoría de pacientes consiguen una eliminación del vello cercana al 80%. El vello que resiste normalmente es tan fino y pequeño que no merece la pena rasurarlo y se puede eliminar mediante cera depilatoria.

El láser como método de depilación también ha ido cambiando a lo largo de los años y en la actualidad los resultados que consigue son muy superiores en calidad y en cantidad de vello eliminado al láser de los inicios. Gracias a esta evolución, raramente existen pacientes cuyo vello es resistente a las técnicas de depilación láser existentes en la actualidad. Es por ello que se está alcanzando una gran popularidad tanto entre el público femenino como en el masculino.