Saber cómo quitar cicatrices es la cuestión que desean resolver muchas personas que se encuentran acomplejadas por presentar algunas de estas marcas en el rostro. Independientemente de cómo se han podido formar, la cara es nuestra carta de presentación frente al mundo. A veces, una cicatriz supone para muchos un motivo de vergüenza y puede afectar a una baja autoestima.
Para aquellos que quieren un cutis sin señales ni marcas, existe la posibilidad de reducirlas o eliminarlas gracias a métodos naturales o con ayuda de profesionales.
Cómo quitar las cicatrices del rostro según su formación
Una cicatriz es el resultado de una lesión. Son tantos los motivos por los que aparecen que, de igual modo, existen múltiples variantes para quitarlas o reducirlas.
Antes que nada, el usuario debe saber identificar la marca que presenta en el rostro y, si es posible, su origen. En función de las características que presente podrá aplicarse un tratamiento u otro.
Cicatrices normales
Las cicatrices normales son aquellas producidas por algún tipo de herida, como un rasguño o una quemadura, una vez que se han curado. Por lo general, las cicatrices normales son más disimuladas que otros tipos como las atróficas o las queloides. Muchas veces quedan como una línea blanca fina o algo más rojiza que la piel.
Los remedios para acabar con este tipo de cicatrices son muy sencillos de aplicar. En caso de que la cicatriz sea reciente, es aconsejable extender protector solar por la zona, ya que el contacto con los rayos solares puede hacer que se ensanche. También es útil usar productos derivados de la planta aloe vera, ya que es un vegetal que ayuda a regenerar la dermis en poco tiempo. Para evitar el engrosamiento, este tipo de productos son los más adecuados.
Hidratar la piel es básico y muy necesario, sería aconsejable utilizar una crema hidratante por la noche. Para conseguir un mejor resultado, una gota de aceite de oliva sobre la herida ya cicatrizada ayudará a que se atenúe.
Marcas atróficas
Este tipo de cicatrices se caracterizan por estar por debajo del nivel epidérmico circundante. Su formación se debe a la falta de colágeno tras una lesión, lo que afecta el restablecimiento de la piel ya que los tejidos no tienen la capacidad suficiente para cubrir el espacio del daño epidérmico. Se presentan en forma de hoyos y están causadas, normalmente, por el acné y los granitos, especialmente si se han padecido de forma severa. La varicela es otra causante de esta cicatriz.
Muchas personas, para esconder este tipo de marcas eligen el maquillaje, pero al final esto no es una solución sino más bien un parche. Existen diferentes soluciones para recomponer las partes del rostro dañadas:
- Gel con silicona: aplicándolo durante tres meses, consigue mejorar el aspecto de la marca. Al mismo tiempo hidrata y mejora el aspecto de la cicatriz, aunque no la haga desaparecer definitivamente.
- Acudir a un centro médico estético puede resolver el problema de manera definitiva, sobre todo en los casos de cicatrices derivadas del acné. Dos buenas opciones para ello es optar por la dermoabrasión o el peeling facial.
- También se puede optar por el láser rejuvenecedor. Según lo que determine el especialista, se requerirán siempre varias sesiones. El tiempo de cada una de ellas depende de la cantidad de heridas a tratar. Aunque puede ocasionar algunos efectos secundarios, como enrojecimiento de la piel, no precisa una larga recuperación.
Queloides y cicatrices hipertróficas
Estos dos tipos de cicatrices son muy semejantes. Son producto de un incremento de colágeno que provoca, a su vez, una elevación gruesa de la marca, a veces más allá de la herida producida. Dadas sus características, también son más susceptibles de infección.
En el caso de las queloides, pueden llegar a extenderse tres veces más allá de la herida originaria. Este tipo de marcas suelen afectar en mayor grado a personas de piel más oscura.
Los métodos para suavizar estas cicatrices en el rostro van desde la intervención quirúrgica a métodos menos invasivos como el láser. Las queloides son un verdadero desafío en función de cómo aparezcan y según los casos. Se pueden inyectar corticoides o buscar una monoterapia sin cirugía, como la crioterapia, pulsado o la toma de inmunosupresores, entre otros. La mitomicina C, tras la extirpación del queloide, parece mostrar buenos resultados. Posiblemente, el especialista requiera de varias sesiones para dar con un resultado satisfactorio.
Las cicatrices en el rostro suponen un problema para la autoestima de muchas personas, sobre todo cuando estas superan determinadas dimensiones. Se pueden intentar métodos para disimularlas y también tratamientos que consiguen acabar con ellas de forma definitiva como la microdermoabrasión o el peeling facial.