Con la piel siempre hay que tener mucho cuidado. Es el órgano más grande del cuerpo humano y en personas adultas puede llegar a ocupar aproximadamente 2 metros cuadrados y pesar 5 kilogramos. ¡Nos recubre por completo! Por ello, es de vital importancia protegerla de cualquier agente dañino para llevar una calidad de vida extraordinaria en todos los aspectos.

Si estás en pleno tratamiento de depilación láser, tomar el sol antes o después de una sesión puede conllevar ciertos riesgos.

La piel bronceada tiene un exceso de melanina por lo que la energía del láser, en vez de ser absorbida por la raíz del pelo, es atraída hacia la piel pudiendo ocasionar algunos problemas.

Tecnología como la del láser soprano permite que en las pieles morenas se puedan conseguir resultados efectivos, en el mismo periodo de tiempo que en pieles más caucásicas o menos bronceadas, no obstante se recomienda que durante los 15 días posteriores a la depilación no se tome el sol. No sólo por el láser sino porque la piel cuando está sensible, por cualquier razón (ya sea incluso la aplicación de la cera o cambios de temperatura), está más expuesta a los factores exteriores más negativos y dañinos que, en un futuro, pueden afectar a nuestra salud.

¡Cuida tu piel, siempre!