Detectar a tiempo el fotoenvejecimiento de la piel del rostro es esencial, no solo por la parte estética, sino por cuestiones de salud. Los rayos ultravioleta que irradia el sol producen en la piel graves daños de los que muchas veces no somos conscientes.

Lo que pueden parecer signos de la edad en el rostro, también son la consecuencia de exposiciones prolongadas al sol. También hay que tener en cuenta el deterioro provocado en la epidermis por motivos ambientales. Poder prevenir dicho daño es posible, empezando por no exponerse mucho a los rayos UV y utilizar una crema protectora adecuada.

¿Qué es el fotoenvejecimiento facial?

El fotoenvejecimiento facial es un signo de desgaste epidérmico que aparece en el rostro debido a los efectos de los rayos ultravioleta.

Cuando la radiación UV penetra en las células de la piel, afecta la producción de colágeno y elastina. Estos elementos naturales de todas personas, son los responsables de dar a la epidermis una sensación suave y elástica que, normalmente, se le atribuye a las características propias de la juventud.

Científicamente se sabe que, alrededor de los cuarenta años, el organismo fabrica menos del 50 por ciento de colágeno. Esto significa un daño progresivo, visible en las capas más superficiales de la piel. Pero cuando la persona se expone continuamente a los rayos UV, está acelerando el proceso de envejecimiento cutáneo, ya que provoca la destrucción de células de manera temprana.

El riesgo no termina con la apariencia física que produce esta exposición al sol. De ahí derivan problemas más serios, como la alteración en el ADN celular que, a la larga, suele ser el implicado directo del cáncer de piel en muchas personas.

Es preciso tener en cuenta que una exposición a la radiación UV durante la infancia, compromete seriamente a la salud, relacionado al desarrollo celular, aún en proceso, y a la sensibilidad del organismo que puede multiplicar más fácilmente ADN dañado.

Fotoenvejecimiento en la piel: ¿hay forma de prevenirlo y detenerlo?

Hay que tener en cuenta que es posible prevenir la exposición a la irradiación solar, pero hay que saber cuáles son las medidas adecuadas. Aunque no en todos los países existe una regulación que proteja de las inclemencias solares al trabajador, sobre todo durante los periodos de máximo riesgo, siempre se pueden tomar medidas preventivas que aminoren los efectos de la irradiación.

Las cremas de protección solar son de obligado uso, ya que reducen las secuelas contraproducentes de los rayos UV. No solo es aconsejable aplicarlas en la temporada veraniega, ya que durante todo el año la radiación es constante, aunque sus efectos durante los periodos fríos o de lluvia.

Ante el sol no hay que confiarse

Confiarse no es bueno, y se debe tener conciencia de que, aun nublado, los rayos solares consiguen llegar hasta las células de la piel, produciendo consecuencias negativas. Como hemos comentado anteriormente, usar una crema protectora durante todo el año es lo más aconsejable, especialmente si se trata de cuidar a los más pequeños. Por norma general, las pieles más claras representan un factor de riesgo más alto que los tonos morenos.

El bronceado o una piel oscurecida por el sol no es un elemento beneficios para nuestra dermis, ya que este es el resultado de una alteración epidérmica por contacto directo al sol, que ha producido melanina en exceso; de ahí su alteración en la tonalidad.

Conociendo que las partes del cuerpo que más se exponen a los rayos solares son el rostro, los brazos, el cuello y el escote, es preferible taparse lo máximo posible. Una gorra o sombrero que cubra perfectamente bien la cara prevendrá las consecuencias de la irradiación en la misma.

No hay que olvidarse de hidratar perfectamente el cuerpo, ya sea con cosméticos específicos como con la toma de agua abundante. No obstante, lo más preferible es evitar salir a la calle en horas de máxima irradiación durante el verano, entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.

Las 5 señales de que padeces fotoenvejecimiento en el cutis

Hay señales claras que indican el efecto del sol en el cutis:

  • Las arrugas son las consecuencias de la pérdida de colágeno y un desgaste directo en la producción de elastina. Esto produce que la piel se contraiga, causando este efecto de envejecimiento.
  • Las quemaduras son de vital importancia, ya que representan una lesión en forma de mácula epidérmica.
  • La queratosis actínica es un daño acumulado, tras una exposición prolongada al sol durante años. Se manifiesta en forma de neoplasia cutánea, siendo producto a su vez de una alteración en el ADN.
  • Sequedad y aspereza.
  • Manchas de la edad, cuando aún no se ha alcanzado una etapa de la vida lo suficientemente madura para que salgan.

El envejecimiento facial, producido por la exposición a los rayos ultravioletas, se puede prevenir de muchas maneras. Los signos de deterioro epidérmico suelen ser evidentes, por eso hay que tener en cuenta el peligro de tomar el sol. Por suerte, existen efectivos tratamientos en clínicas especializadas como la luz pulsada para difuminar las diferentes tonalidades del rostro o el bio nutri lift, que actúa conjuntamente con ácido hialurónico, colágeno y elastina para ayudar a la bioestimulación celular.