Los tratamientos con ácido hialurónico son de los más demandados en la actualidad para mejorar el aspecto de la piel. Sin embargo, aunque es posible que hayas escuchado hablar de ese principio activo, puede que no conozcas los diversos tipos de ácido hialurónico que se utilizan. No hay duda de que conocer los beneficios de este componente, que permite aportar volumen y mejorar la calidad de la piel, fue todo un descubrimiento que revolucionó la medicina estética.

¿Qué es el ácido hialurónico?

Es posible que hayas leído acerca de este compuesto, pero que no tengas del todo claro cuál es su función. Pues bien, se trata de un polisacárido que se compone por cadenas de carbohidratos complejos, que se forman por la unión de azúcares y ácidos urónicos.

El ácido hialurónico tiene la propiedad de retener agua, adaptando su forma a los tejidos donde se implanta, lo que resulta de utilidad en traumatología, al evitar la fricción de los huesos en las articulaciones afectadas de artrosis, evitando con ello el dolor. En Medicina Estética el ácido hialurónico se emplea para recuperar zonas deprimidas del rostro, esto es, reponer el volumen perdido por efecto del envejecimiento, corregir arrugas y mejorar imperfecciones.

Al atraer las moléculas de agua, el ácido hialurónico también contribuye a hidratar las zonas donde se aplica, tales como: ojeras, labios, nariz, pómulos, etc.Combate los radicales libres y tiene propiedades antiinflamatorias. Por tratarse de un componente que está presente en nuestros tejidos, no existe riesgo de reacción alérgica.

Estas son algunas de las razones por las que los tratamientos con ácido hialurónico se han convertido en los más demandados para paliar los efectos de la edad. Y, además, otros daños provocados por factores externos o internos que reducen la calidad de nuestra piel.

Tipos de ácido hialurónico en la medicina estética facial

Dependiendo de las zonas que queramos corregir en el rostro, podemos necesitar uno u otro tipo de ácido hialurónico. En esta ocasión, vamos a hablar más en profundidad de cada uno de ellos. Estos son los más importantes y fundamentales:

Ácido hialurónico reticulado

El ácido hialurónico reticulado son geles de diferentes texturas o espesores. Este activo tiene una densidad molecular muy alta, por lo cual su actuación en la piel es mucho más profunda. Además, otorga unos resultados y efectos que perduran en el tiempo, puesto que cuenta con una menor degradación, y el organismo necesita más tiempo para absorberlo.

Existen diferentes presentaciones de ácido hialurónico reticulado, que se caracterizan por contar con distintos grados de firmeza, elasticidad y adaptabilidad. El médico elegirá el que mejor se adecúe a la finalidad del tratamiento propuesto y a las características de la piel del paciente. Normalmente es necesario combinar diferentes tipos de ácido hialurónico en un mismo tratamiento para conseguir un resultado óptimo.

Este tratamiento llevado a cabo por auténticos profesionales, como los de Hedonai, permite obtener unos resultados muy naturales.

Ácido hialurónico

Ácido hialurónico no reticulado

El ácido hialurónico no reticulado es de consistencia líquida y se aplica más superficialmente para mejorar el aspecto de la piel. Dado que este activo no tiene una retícula y permite que las moléculas circulen libremente, su densidad es mucho más baja; por tanto, actúa de manera más superficial. Es por ello que su aplicación suele ser de manera tópica, con cremas, serums y otros productos cosméticos. También puede utilizarse en sesiones de mesoterapia, en las cuales se combina con otras sustancias, y se aplica a través de microinyecciones intradérmicas que mejoran el aspecto de la piel.

Aunque las indicaciones no van a ser las mismas que las obtenidas con el reticulado, sí podremos lucir una piel mucho más hidratada y luminosa, y con un aspecto más saludable. Es por ello que este ingrediente activo es ideal para corregir arrugas finas, como las patas de gallo o las arrugas periorales.

En resumen, podemos decir que, dependiendo de las zonas a tratar y del problema, deberemos optar por uno u otro de los tipos de ácido hialurónico existentes. Por ejemplo, para arrugas profundas y levantar ciertas zonas del rostro, es más recomendable el ácido reticulado. Para otras arrugas más finas, o pequeñas imperfecciones, un producto cosmético con ácido hialurónico no reticulado puede ser más que suficiente para mejorar la calidad de nuestra dermis.

Recordarte que en nuestros centros Hedonai somos expertos en tratamientos de medicina estética con ácido hialurónico, y nuestros profesionales te asesorarán en todo momento sobre los tipos más convenientes en tu caso particular. ¡Te esperamos!