Las varices y arañas vasculares son afecciones bastante comunes entre la población, y tienen una mayor incidencia en mujeres que en hombres. Se estima que más del 25 % de la población española sufre algún tipo de varices, según apuntaban en el XXI Congreso Nacional del Capítulo Español de Flebología y Linfología. A diferencia de lo que se piensa, estas dolencias no solo afectan estéticamente, sino que pueden convertirse en un problema de salud. 

¿Qué son las varices?

Se trata de venas patológicas, que presentan un aspecto dilatado a causa de la insuficiencia venosa. Se suelen localizar en zonas específicas del cuerpo: muslos, parte posterior y frontal de las pantorrillas e interior de las piernas (cerca de los tobillos y los pies). Sobresalen de la piel en las zonas indicadas, de forma que son visibles a simple vista. Algunas tienen color azulado, rojizo o morado.

Las varices se producen cuando las válvulas de las venas no realizan su función de forma adecuada. La causa está en una insuficiencia venosa, que provoca que la sangre no circule con fluidez. Estas venas varicosas pueden producir hinchazón, picor y dolor. En casos graves, pueden incluso obstruirse y provocar úlceras. 

Factores de riesgo y cómo prevenirlas

Es frecuente sufrirlas durante el embarazo, ya que hay más sangre circulando por el cuerpo. Esta sangre extra puede hacer que las venas se agranden; además, el útero ejerce presión sobre ellas. Durante la gestación, las varices pueden aparecer en zonas del cuerpo poco habituales, como los glúteos y la pelvis. En algunos casos, las varices desaparecen tras el parto, pero no siempre ocurre.

Además de la influencia del embarazo en su aparición, cualquier alteración hormonal puede influir negativamente. Otros factores de riesgo son la obesidad, la menopausia, tener más de 50 años y pasar muchas horas de pie al día. El componente hereditario también es importante, por lo que tener antecedentes de varices en la familia supone otro factor de riesgo.

A través de ciertas acciones es posible aliviar el dolor y evitar que las venas varicosas empeoren o se multipliquen. Perder peso, hacer ejercicio, poner las piernas en alto o procurar no estar periodos largos de pie o sentado son algunas de nuestras recomendaciones. 

Tratamientos

Existen tratamientos como cremas tópicas o medias de compresión, que favorecen la circulación y mejoran el aspecto general de estas zonas. Pero para eliminar las varices es necesario aplicar cirugía vascular en la zona afectada.

En los últimos años, la cirugía vascular ha avanzado notablemente. Procedimientos como la cirugía endoluminal permiten cerrar grandes troncos venosos insuficientes, con una vía de entrada mínima que se introduce dentro del propio vaso. También se recurre a la fibra de láser y radiofrecuencia para esclerosar la vena dañada. Por otro lado, técnicas como la esclerosis con inyección de microespuma, permiten llegar a las venas de difícil acceso.

Ambos procedimientos son alternativas muy interesantes que posibilitan una recuperación del paciente mucho más rápida. Basta con descansar un par de días, siempre bajo las recomendaciones postquirúrgicas del médico, para recuperarse del todo. En estos casos, a diferencia de la cirugía tradicional, no es necesario recurrir a baja laboral.

varices y arañas vasculares

Las arañas vasculares

Las arañas vasculares son vasos más pequeños que se ven a través de la piel y se caracterizan por presentar un aspecto que recuerda a la tela de araña, de ahí su nombre. Generalmente son de color rojo, azul o morado. Aparecen sobre todo en las piernas y en la cara.

A diferencia de las varices, las causas de este problema no están relacionadas con el daño en las válvulas de las venas, ya que las telangiectasias no tienen y solo se presentan en las venas de las piernas. En su origen se encuentra un aumento de la presión venosa, provocada por factores hereditarios, constitucionales y otros relacionados con hábitos como la excesiva exposición al sol.

Ciertos cambios en el estilo de vida pueden servir para prevenir la aparición de nuevas arañas vasculares o evitar que las existentes empeoren. Esta es una pequeña lista de recomendaciones que puedes poner en práctica:

  • Protégete del sol. La aplicación de protector solar todos los días es de gran ayuda para que no salgan las arañas vasculares, especialmente en la cara.
  • No uses ropa ajustada. La presión de las prendas alrededor de la cintura, las piernas o la pelvis puede restringir el flujo sanguíneo y, por consiguiente, aumentar el riesgo de sufrir este problema.
  • Limita el consumo de alcohol. Está demostrado que la ingesta de esta sustancia puede causar enrojecimiento en la cara y propiciar la rotura de vasos sanguíneos en algunas personas.
  • Sé activo. Al igual que con las varices, lo más recomendable es hacer ejercicio con regularidad y procurar mantener un peso saludable.

También existen tratamientos para las telangiectasias vasculares. La luz pulsada, la electrocoagulación con bisturí eléctrico o la esclerosis vascular inyectada son algunas de las opciones que existen en la actualidad para ponerle remedio.

Las diferencias entre varices y arañas vasculares 

Después de analizar las características de cada una de estas dolencias, queda claro que las varices son de mayor tamaño que las arañas vasculares y pueden suponer un problema real para la salud. Por su parte, las arañas afectan principalmente a la estética, ya que suelen ser más finas y menos visibles.

La principal diferencia está en que las varices son venas dilatadas de manera permanente y las arañas vasculares aparecen como pequeñas venas visibles a través de la piel. Aunque ambas forman parte de la conocida como enfermedad venosa crónica, las arañas vasculares no suelen complicarse ni presentar riesgos.

De hecho, las arañas vasculares son tan finas que en ningún caso hacen efecto relieve, provocando el estiramiento de la piel, como sí ocurre en el caso de las varices. Estas pueden incluso presentar un aspecto que recuerda al de un cordón, retorcidas y con abultaciones.

Mientras que las varices suelen aparecer principalmente en las extremidades inferiores, las arañas vasculares son comunes también en la cara. Esto se debe a la influencia que ejercen otras enfermedades cutáneas faciales, como la rosácea, y a una mayor incidencia del sol.

Por último, los síntomas no son los mismos en ambos casos. Las varices, en sus estados más graves, puede llegar a provocar sangrados y aumentar el riesgo de tener coágulos sanguíneos y problemas de circulación general. Sin embargo, las arañas vasculares son indoloras y únicamente pueden causar algunas molestias.

Teniendo claras las características y diferencias entre las varices y las arañas vasculares, resulta más fácil identificarlas. Con algunas de las recomendaciones propuestas puedes paliar sus síntomas, aunque lo fundamental es acudir a un especialista que pueda darte una solución.