Las varices internas son una afección que sufren a menudo las mujeres caracterizada porque la sangre se coagula en su tránsito por las venas inflamándolas. Generalmente, suelen aparecer en las piernas y en las zonas inferiores del cuerpo, manifestándose con un aspecto inflamado a causa de la acumulación de sangre en esas venas no superficiales.

Posibles causas que provocan la aparición de varices internas

Lo primero que debe saberse es el proceso de formación de estas varices. Las venas tienen válvulas que se encargan de regular el paso de la sangre para que fluya con soltura. Por diversos factores, estas válvulas pueden dejar de hacer su función de forma correcta y la sangre comienza a acumularse, haciendo que el tejido vascular dé lugar a las varices. Entre las causas de este mal funcionamiento de las válvulas que da origen a la variz pueden citarse las siguientes:

  • El sedentarismo: cuando una persona no ejercita sus músculos, estos no bombean bien la sangre de las venas y eso hace que la sangre tienda a acumularse más hasta formar las varices.
  • Anticonceptivos: estos métodos causan, de forma general, retención de líquido, debido a lo cual las venas tienden a acumularlo, especialmente en las zonas inferiores del cuerpo como las piernas.
  • Sobrepeso: en este caso, el cuerpo soporta más volumen de lo que debería, lo que conlleva a que se vea afectado también el sistema circulatorio. Unas piernas más gruesas requieren un mayor aporte de sangre que se canaliza por las venas, lo cual favorece que estas se sobrecarguen y funcionen peor.
  • El embarazo: en este caso actúan de forma combinada la retención de líquidos y el aumento de peso; en consecuencia el peso que soportan las piernas y la retención de líquido en las venas desencadenan un fallo de las válvulas y que se originen las varices.
  • Menopausia: en esta etapa, los cambios hormonales son muy fuertes y pueden afectar al rendimiento de las venas. Esto, sumado al hecho de que se forman a partir de cierta edad, es causa de que las válvulas comiencen a fallar y den lugar a varices en las piernas. Además, en este caso, la retención de líquidos también juega su papel.

Síntomas de las varices internas: ¿Qué aspecto tienen?

Las varices internas son una dolencia molesta que tiene unas características visuales muy concretas y conllevan una serie de síntomas que alertan de su presencia.

En las piernas son sencillas de detectar dadas sus características tan obvias. Se trata de venas que aparecen con aspecto inflamado y rojizo, aunque a medida que van desarrollándose su color tiende a ser azulado o verdoso.

Estas varices internas dan sensación de pesadez y cansancio en las zonas afectadas, generalmente las piernas, y quienes las padecen pueden notar de forma variable cierto dolor. Todo ello es el resultado de la acumulación de la sangre en esas venas.

Por otra parte, es habitual que se sientan calambres nocturnos u hormigueos cuando las piernas están mucho tiempo en la misma postura. También es posible que las varices en las piernas acaben derivando en cierta hinchazón en los tobillos y edemas en los pies.

¿Cuáles son los tratamientos más efectivos para combatirlas?

Según el grado de afectación del que se trate, pueden emplearse determinados métodos para reducirlas y, sobre todo, para evitar sus síntomas.

En cuanto a las de grado I o varículas, se trata de la aparición de unas venas finas de color rosáceo denominadas arañas vasculares. Y los síntomas se reducen al cansancio y el malestar. La mejor forma de reducirlas es hacer deporte.

En lo que respecta a las varices de grado II, comienzan a ser más visibles las venas y los síntomas se intensifican. Algunos remedios, como el aloe vera, pueden ayudar a calmar esas zonas inflamadas y doloridas.

En las de grado III aparecen venas más dilatadas que pueden virar su color al verdoso o azulado, siendo en esta fase cuando los síntomas son más acusados.

Cierran la clasificación las varices de grado IV, consideradas las más problemáticas, ya que pueden llegar a generar eczemas y úlceras. Un médico determinará los cuidados que deben seguirse y quizás la cirugía llegado el caso.

Remedios naturales

Las medias de compresión sirven, como su propia denominación indica, para comprimir la zona afectada y fomentar el retorno venoso, es decir, lograr que circule mejor la sangre impidiendo que se estanque.

Adoptar posiciones con las piernas en alto es un remedio que también favorece la buena circulación sanguínea. Puesto que las varices salen en personas que pasan mucho tiempo de pie, descansar con las piernas elevadas les ayuda a que el retorno de la sangre sea correcto.

Las infusiones pueden ser unas grandes aliadas, ya que cumplen una función diurética que ayuda a eliminar líquidos.

Tratamientos médico-estéticos

Las varices internas son molestas y visiblemente desagradables, razón por la cual se recurre a tratamientos médico-estéticos con vistas a su eliminación.

La esclerosis química es uno de ellos, basado en inyecciones esclerosantes que anulan la vena, de manera que la sangre acumulada es reabsorbida por el organismo y las varices internas desaparecen.

La esclerosis con láser, por su parte, se basa en la eliminación del bloqueo del paso de la sangre por la zona alterada. A través del láser se focaliza el punto a tratar y se elimina de forma más precisa sin dañar la piel que rodea las varices internas.

Actualmente, estos dos métodos son de una gran eficacia para la eliminación de las varices y se llevan a cabo en centros médico-estéticos, siempre por profesionales. Además, no requieren una hospitalización ni convalecencia del paciente y no precisan atención quirúrgica.

En conclusión, las varices internas son una afección que suelen sufrir de forma más habitual las mujeres, pudiendo, no obstante, afectar a ambos sexos. Depende en gran medida del estilo de vida, siendo la obesidad y el sedentarismo los principales factores de riesgo para su aparición. Para tratarlas hay trucos como las medias de compresión, además de tratamientos médico-estéticos que pueden eliminarlas, como la esclerosis química y la esclerosis con láser.