El ácido salicílico en cosmética se ha convertido en un activo de gran importancia para el cuidado facial en la actualidad. Esto es debido a los diversos usos y beneficios de este ácido sobre la piel. Es importante conocer a fondo este elemento antes de someterse a un tratamiento que lo incluya para saber en qué casos es conveniente utilizarlo.

¿Qué es el ácido salicílico en cosmética?

Es un ácido de origen natural, el cual se extrae de la corteza del sauce blanco. No obstante, para cubrir la demanda actual, este se obtiene de manera sintética a partir de la fenilalanina. Esto permite reducir costes y disponer de una abundante cantidad para diversos productos cosméticos.

Se utiliza en una concentración muy baja, entre el 0,5 y el 2 %, y es un agente activo presente en tratamientos como el peeling. Así, se consigue tratar la piel en profundidad, eliminar manchas, imperfecciones e, incluso, el acné entre otros.

Usos del ácido salicílico en el rostro

El ácido salicílico es utilizado como agente activo en diferentes tratamientos cutáneos. Es capaz de eliminar la capa superficial de la piel, lo que permite deshacerse de las células muertas o de las bacterias causantes del acné y otros molestos problemas. Estos son los principales usos de este ácido.

Renovación celular

Este ácido estimula la regeneración celular. Al eliminar aquellas células muertas de la piel, las restantes van regenerando la piel poco a poco. Además, también limpia en profundidad los poros y elimina el exceso de sebo presente en estos. Así, la piel se ve renovada desde la base y, como añadido, aquellas zonas inflamadas de la piel ven menguando al eliminar las bacterias causantes.

Exfoliación profunda

El efecto que produce es de los más completos. Dada su composición, este ácido desprende la capa superficial de la piel, lo cual facilita la eliminación de las espinillas. Las células se aflojan, lo que hace que los puntos negros sean más sencillos de extraer. De esta manera, es posible conseguir una limpieza en mayor profundidad y, como resultado, la piel luce mucho más sana.

Acné y espinillas

Ambas imperfecciones resultan muy antiestéticas y, si se eliminan de manera agresiva, lo más probable es que quede una marca en la piel. El ácido salicílico disuelve los restos de grasa y células muertas que quedan atrapadas en los poros, lo que deja sin alimento a las bacterias que luego causarán la inflamación. En última instancia, gracias a su poder antibacteriano, estas también terminarán por desaparecer.

Minimizar los poros

Los poros pueden dilatarse y adquirir un aspecto antiestético. Esto, asimismo, abre la puerta a la acción de las bacterias y a la acumulación tanto de sebo como de suciedad. Así, los poros no hacen más que inflamarse y convertirse en espinillas o puntos negros. Sin embargo, el ácido salicílico consigue reducir su tamaño al tiempo que los limpia en profundidad para evitar daños en el futuro.

En definitiva, un agente activo como este ofrece grandes ventajas para el mundo de la cosmética. Gracias a su efecto es posible eliminar los puntos negros o las espinillas, limpiar los poros y permitir que la piel se mantenga joven durante más tiempo. Además, apenas tiene efectos adversos, pero debe utilizarse en pequeñas concentraciones. Al fin y al cabo, no deja de ser un ácido.

Así, el ácido salicílico en cosmética es el aliado de aquellos que apuestan por una piel radiante, joven y desprovista de la mayoría de imperfecciones más comunes.